viernes, 12 de diciembre de 2008

REFLEXION PERSONAL




Comienza la cuenta regresiva del último mes del año y cuando la hora cero llegue inevitablemente unos reirán y otros llorarán, es dependiendo de cada quien, es un momento en el que la mayoría de nosotros nos sentimos buena gente y nos llenamos de optimismo por aprovechar al máximo el tiempo venidero.
En mi caso particular estas fechas serán algo oscuras, ya que es imposible para mi evitar recordar muchas cosas, que a lo largo del año no pude conseguir, eso no significa que vaya a deprimirme, pero es sencillamente que no me hace bien saber que no logré las metas planteadas mientras pasaron esos minutos, esos días, esos meses, que en conjunto forman un año mas en mi existencia en este mundo.
Hay quienes se obligan a buscar la felicidad y desde mi punto de vista, eso de la felicidad es solo un estado mental pasajero, es frágil, por eso sencillamente no la busco, prefiero concentrarme en conseguir la ausencia del dolor. Dolor que impera en el mundo y que es producido por todos nosotros hacia otros seres, y lo hacemos sencillamente sin percatarnos de ello. Hay quienes si saben lo que hacen, y es deplorable.
Con el pasar del tiempo no nos damos cuenta cuanto hemos crecido, y para mi un año mas no significa mucho, es solo esperar a que el reloj diga 12:00 a.m. y que las fechas de los artefactos digan 1 de enero del año 2009.

Haciendo un balance del crecimiento personal del que hablo, es necesario que cada uno se analice de manera objetiva, no siendo tan riguroso, pues en muchos casos hay cosas que no conseguimos no porque no lo intentamos, sino que existen circunstancias adversas, que no están y no dependen de nuestras manos, esto lo digo para que nuestra autocrítica no sea capaz de quebrarnos.
Yo deseo lo contrario, sinceramente deseo que luego del autoanálisis que necesariamente debemos hacernos, crezcamos y nos levantemos de nuestras faltas y errores, ya que al conocerlos estaremos un poco menos expuestos a cometerlos de nuevo.
Si pensamos en el futuro tengamos un desprendimiento con todo aquel que necesite una mano amiga, sin importar si es un extraño, sin importar ninguna máscara o etiqueta, solo seamos humanos y solidarios, sin esperar nada a cambio. Con esto no quiero que penseis que me expongo ante vosotros, como una persona perfecta, ya que no lo soy, y estoy segura que jamás lo seré, pero cabe destacar que siempre es necesario intentar serlo, eso lo llamaría una evolución personal interna de cada uno, ya que al ayudar a otro, se siente dentro de sí como si es uno el que se ayuda a si mismo.
Entonces es momento de decir que todos los que vivimos acá en la tierra, debemos existir sin afectar a nadie, y en esa frase abarco todo, cualquier forma de vida, cualquier persona, ya que al hacer cualquier tipo de daño, nos dañamos a nosotros mismos, ya que somos parte de un todo, y ese todo es el mundo, el mundo que nos rodea y que nos permite existir.
También quisiera recordaros algo muy importante para mi, y me refiero a la esencia.
Hago énfasis en esto siempre que puedo, ya que nadie debe perder su identidad, su personalidad, su ser. En muchos casos hemos actuado de manera errónea por tratar de ser quien no somos, muchas veces por miedo o por interés de algo, es lamentable, ya que es como renegar de nosotros mismos, es actuar como otro o para otro, reprimiéndonos así dentro de una prisión, esa prisión somos nosotros mismos, y es una de las cárceles mas peligrosas que existen.
En pocas palabras seamos nosotros mismos siempre, sin importar nada ni nadie, hagamos que el desprendimiento material y personal sea parte de nosotros, para que en determinado momento sea innato. Así seremos mejores ocupantes de algún espacio y de algún tiempo.

Con respecto a la felicidad, no hace falta buscarla tanto, como dije anteriormente, y a esa, a la que me refería como frágil y momentánea es la producida por algún objeto material o meta cumplida, no digo que no la disfrutemos, sencillamente que según mi pensar, la felicidad es aquella que se alcanza cuando estamos tranquilos con nosotros mismos y no tenemos nada que ocultar, cuando somos sinceros, y gracias a esas cosas es que podemos decir a veces que tenemos paz interior, a esa es la felicidad a la que me refiero. ¿Que mayor felicidad que estar en paz con uno mismo y con otros? creo que ninguna.
Es difícil de alcanzar, lo sé, también es mas fácil decir estas cosas que hacerlas, también lo sé. Pero nada cuesta intentarlo, no hay nada que perder, más si muchas cosas por ganar.

Seamos siempre nosotros mismos,seamos sinceros y digamos la verdad en la que creemos, y también la que vemos o sabemos, compartámosla con otros.
Encendamos esa llama interna que tenemos todos, ella nos dará el calor necesario para que seamos mejores personas, con nosotros mismos, y con quienes nos rodean. A mi me queda un tiempo que pasó, que se fue, y otro por venir, a este me encamino, sería bueno que lo transitemos juntos, no se, Dios dirá, sin reproches ni rencores, si con mucho más optimismo.
Entonces ese es mi mensaje, tal vez sea un mensaje de a punto de culminar otro año que no dice nada, o que no dice lo que la mayoría espera.


BUFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFFF. QUE PETARDADA NO?
Pero aguatarme toca¡

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