jueves, 10 de febrero de 2011

Harry Truman, un presidente atípico. Igualito que los de ahora.‏


Probablemente Truman, en relación con la historia de USA, tomó decisiones parecidas a las que tomaron los otros 42 presidentes que le precedieron. Sin embargo, una circunstancia lo diferencia de los demás, circunstancia que sucedió nada más abandonar la Casa Blanca.


El único 'capital' que tenía cuando falleció era la casa en la cual vivía, que se hallaba en Independence - Missouri . Su esposa la había heredado de sus padres y, aparte de los años que pasaron en la Casa Blanca, fue donde vivieron durante toda la vida.


Cuando se retiró de la vida oficial en 1952, sus únicos ingresos fueron una pensión por sus años de servicio en el ejército de U.S. , de $13.507,72 al año. El Congreso, al enterarse de que pagaba de su bolsillo los sellos de correo y los pegaba personalmente con su saliva, le otorgó un 'allowance' y, más tarde, una pensión retroactiva de $25,000 por año.


Tras la ceremonia de toma de posesión del presidente Eisenhower, Harry y su esposa Bess volvieron a su casa en su propio coche ... conducido por Harry y sin ningún escolta del Servicio Secreto.


Cuando le ofrecían cargos en consejos de administración de grandes corporaciones empresariales, los rechazaba, diciendo: "Ustedes no me quieren a mí, lo que quieren es la figura del presidente y esa no me pertenece. Le pertenece al pueblo norteamericano y no está a la venta...".

Tiempo después, cuando en Mayo 6, 1971, el Congreso estaba estudiando concederle la Medalla de Honor por su 87 cumpleaños, rehusó aceptarla, escribiéndoles que:


"No creo que haya hecho nada para merecer esa medalla, ya sea la del Congreso o cualquier otra."


Mientras fue presidente pagó de su bolsillo todos los gastos de viaje y comida.


Hoy día, ex - presidentes catapultan su vida privada gracias a haber ocupado la Casa Blanca, obteniendo por ello pingues beneficios. También hoy, muchos congresistas han encontrado fórmulas para convertirse en millonarios, mientras disfrutan de sus puestos, los cuales están ahora en subasta.


El bueno de Harry Truman estaba en lo cierto cuando afirmaba:

"Mis metas en la vida siempre fueron ser un pianista de una casa de putas o ser político. Y, para decir la verdad, no existe gran diferencia entre las dos"

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