Pero también están los asuntos prácticos: ¿Quién va a hacer tu trabajo? ¿Quién va a proteger a tu familia? Lo único positivo para ti es que no te tienes que preocupar de nada. Gente que no conoces vivirá en tu casa, harán tu trabajo. El mundo sigue… sin ti.
Es difícil decir adiós realmente. A veces es imposible. Nunca dejas de sentir la pérdida. Es lo que hace las cosas tan agridulces.
Dejamos pequeños trozos de nosotros mismos, pequeños recuerdos, recuerdos de toda nuestra vida, fotos, baratijas… cosas por las que nos recuerdan, incluso cuando nos hemos ido.
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