El ictus lo podemos definir como la pérdida de funciones cerebrales
producidas por la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro que provoca una
serie de síntomas variables según se trate de un área cerebral u otra.
Hay distintos tipos de ictus: el ictus isquémico y el ictus hemorrágico y son
muy variados los factores que desencadenan este episodio, entre las que cabe
destacar el estrés psicológico, la depresión y la negatividad que según un
estudio piblicado en “Journal os the American Heart Association” son de los
factores más frecuentes en la generación de un ictus
Este estudio se basa en el análisis de la tasa de mortalidad de 4.120 personas y la tasa de accidentes cerebrovasculares en 2.649 personas. Estos datos dieron como resultado 151 muertes por accidente cerebrovascular y 452 eventos que finalizaron en ictus.
Los suejtos analziados que sufrían una mayor angustia psicosocial tenían tres veces más riesgo de muerte por accdiente cerebrovascular y un 54% más de riesgo de sufrir un ictus que aquellas personas que no sufrían angustia psicocosial.
Por otro lado se ha descubierto una relación entre la angustia psicosocial y el riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico ya que el 70% de riesgo en exceso por cada aumento de una unidad en peligro que no se axplica por factores conocidos de riesgod e accidente cerebrovascular.
En la realización de este análisis los investigadores tuvieran en cuenta cuatro indicadores: percepción de síntomas de estrés. insatisfacción de la vida, neurosis y depresión.